lunes, 21 de febrero de 2011

Posiciones en el PDA sobre contratación en Bogotá

Diferencias y aproximaciones pos Dirección Nacional - Febrero 2011
Introducción
En la vida de un partido político puede haber diferencias que valen la pena y diferencias por fruslerías. Hay diferencias fundadas y diferencias caprichosas. Hay diferencias que desgastan a un partido, hay diferencias que lo hacen crecer. La democracia plural es el juego constructivo de las diferencias.
Es importante para los polistas y para la ciudadanía en general mirar de cerca las actuales diferencias dentro del Polo Democrático, establecer su sentido y tratar de encontrar la mejor forma de manejarlas. Esta es una oportunidad en la cual puede avanzarse en la idea de mejores partidos para una mejor sociedad. Un partido le pertenece a sus afiliados y afiliadas, es obvio, pero un partido es también un bien público, quiere decir que a la sociedad entera le interesa que un partido solucione satisfactoriamente, esto es, democráticamente, sus problemas porque en cada partido hay un potencial gobierno del conjunto de la ciudadanía. Ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a opinar sobre lo que pasa en los partidos, en todos no solo en el propio.
Este artículo preparado para el periódico virtual Caja de Herramientas presentará una síntesis analítica de las diferencias al interior del Polo una vez realizada su reunión de Dirección Nacional los días 4 y 5 de febrero. Hay que precisar en qué están las diferencias, quizá refrescando algunos antecedentes, mostrar los pasos que han dado tanto la mayoría como la minoría para aproximarse y rescatar los elementos que van apareciendo a fin de configurar un espacio común. Sin olvidar que se trata en el caso del Polo de un partido joven que, con cinco años de existencia formal (diez de proceso real con antecedentes), es un partido que no ha superado aún sus limitaciones de origen y que para transitar a condiciones nuevas, mejores que las iniciales, debe aprovechar al máximo cada experiencia, positiva o negativa.
Acepto el reto, que otros han planteado, de la “verdad política”, pero no con la pretensión de establecer una verdad inamovible o exegética porque yo me sitúo, quizá todos estamos, en el campo de una lectura de hechos, si se quiere en una interlocución, podría ser un amplio debate, entre diferentes lecturas
1 Investigador social, columnista de prensa, autor del Libro Polo Democrático Alternativo: ¿Hacia Dónde con Quiénes?, Democracia Hoy, Bogotá, 2009.
acerca de los mismos hechos, hechos de índole política, esto es, hechos que tienen que ver, todos ellos sin excepción, con el ejercicio del poder público por unos y con la pretensión legítima de otros de avanzar hacia ese poder (partido, opinión, Gobierno… ).
Por supuesto que en todo momento tiene que estar presente el afán por capturar los hechos con la mayor exactitud y fidelidad posible. Hechos antes que interpretaciones, interpretaciones solo con fundamento en hechos reales. Es decir, más que a un criterio de verdad, a lo que adhiero es a un sentido de realidad y a una capacidad de comprensión que, sin duda, es siempre la base de la seriedad en la política. La política principista tiene entre sus principios el principio de realidad.
Diferencias palpitantes
Muy difícil el trámite de las diferencias en la reunión de Dirección Nacional del PDA. No hay duda que tanto la mayoría como la minoría hicieron esfuerzos de aproximación, pero no se compartió el propósito superior de mantener la unidad alrededor de la coherencia política. Trato de explicarlo aquí con las mismas palabras que emplee en nota reciente publicada por El Espectador.
Hay que tomar muy en cuenta que la materia fundamental de las diferencias en la Dirección Nacional fue la actitud ante los hechos que rodean la Alcaldía de Samuel Moreno en Bogotá. Todos los días se develan nuevas circunstancias sobre el sórdido trasfondo de la contratación en la ciudad. A pesar de la continuidad de los programas sociales y de las obras de infraestructura que avanzan y pronto comenzarán a ser entregadas, la favorabilidad de la opinión hacia el Alcalde sigue en descenso. La mayoría del Polo se mantiene firme en una explicación centrada en el desprestigio mediático de la izquierda emprendido desde la derecha, y de allí deriva su actitud de crítica vacilante y una línea de amplia solidaridad con la administración.
La minoría, en cambio, considera suficientes los hechos denunciados para tomar una actitud profundamente crítica, coherente con los postulados éticos del partido, y llama sin dubitación a la censura política de la administración. Para unos el Polo queda a salvo en la coyuntura si se dilata la aceptación política de las denuncias hasta cuando se pronuncien los órganos de control, para otros ello se obtiene si se acepta desde ya la gravedad política de las denuncias y se asume una actitud de rectificación sin esperar los fallos disciplinarios y judiciales. Estas fueron las dos posturas que no lograron conciliarse en el seno de la Dirección Nacional del partido.
La opinión está confundida cuando ya se está abriendo un nuevo proceso político electoral para renovar autoridades locales, entre ellas la Alcaldía de la Capital. La mayoría partidaria parece confiar en que los electores se van a fijar más en las realizaciones que en las irregularidades y que ello conducirá a un buen resultado en votos, inclusive a una tercera alcaldía del Polo en Bogotá. La minoría plantea que el camino para recuperar la legitimidad es el de combinar la defensa de logros ciertos con una rectificación decidida de errores inocultables y la formulación de nuevos rumbos, aceptando que muy posiblemente, a pesar de ello, no se alcance a conservar para el Polo la
Alcaldía más importante del país. La polémica es dura y la suerte del partido incierta. Los resultados electorales de octubre más inciertos aún. El esquema de gobernabilidad del alcalde Samuel es también profundamente cuestionado, en particular su entendimiento y repartición de cargos y contratos con el Partido de la U antagonista político del Polo: se entregó el derecho del Polo a gobernar es la crítica. En esta circunstancia ven muchos el mayor error de Samuel.
Honda discrepancia existe igualmente en cuanto al manejo de opinión, mientras la mayoría considera que se trata de un asunto interno del partido que no debe ventilarse en los medios, la minoría considera que es un problema público que resulta ineludible tratar de manera abierta. Sin embargo, al respecto no puede dejar de observarse que en la reunión polista se solicitó el retiro de la prensa al momento en que se iba a abordar el tema de Bogotá y que se condicionó un acuerdo con la minoría si ésta se comprometía a no retirarse y a no hacer pública su postura. ¿Por qué el temor de la mayoría a la visibilidad del debate? ¿Debe en este caso la minoría someterse sin más a la mayoría y quedarse callada? Volveré más adelante sobre el delicado y apasionante tema de comunicación y política. Reitero el aserto de que el problema central está en las lecturas diferentes existentes en el partido sobre el segundo gobierno del Polo en Bogotá encabezado por Samuel Moreno Rojas según se ha descrito.
Alertas tempranas desatendidas
El supuesto básico es que el Alcalde gobierna con su partido, naturalmente con las fuerzas aliadas que contribuyeron al triunfo y con las cuales se tenía un acuerdo programático. Como se venía de la experiencia de Bogotá Sin Indiferencia en que Lucho Garzón prefirió mantenerse a distancia del PDI primero y luego del PDA, todos los precandidatos del PDA firmaron en 2007, antes de la consulta interna, el compromiso de que quien ganara la consulta y resultara elegido gobernaría en coordinación con el partido, naturalmente con transparencia y fidelidad al Ideario del partido (Acta de Compromiso suscrita por Samuel Moreno, María Emma Mejía, Hernando Gómez y Edgar Montenegro precandidatos del PDA a la Alcaldía 2008 - 2011).
Una vez posesionado el segundo Alcalde del Polo, Samuel Moreno, el primer fenómeno que se da es que al comienzo del gobierno se prefiere que cada grupo hable por separado con el Alcalde en lugar de hacerlo colectiva e institucionalmente, entablando una relación programática a través del CEN. Lo segundo es que, a pocos meses de marcha de la administración, ante los reparos que comienzan a aparecer en la prensa y ante hechos directamente constatados, se desestiman las iniciativas de diferentes miembros del CEN que consideran necesario asumir el seguimiento de la administración (Asprilla, Téllez, Gaviria, Bula…). Guillermo Asprilla miembro titular del CEN y de la Dirección Nacional del PDA ha aportado al respecto este revelador testimonio:
“Desde el momento de la elección de Samuel Moreno, como Alcalde de Bogotá, plantee en el seno del CEN la necesidad de construir una RELACION POLITICA INSTITUCIONAL, entre el partido y el gobierno. Dicha relación institucional debería abarcar no sólo la definición de las políticas públicas, sino
incluso la discusión sobre la conformación de los equipos de gobierno y la participación del partido en los mismos… Yo continué reclamando en múltiples oportunidades el debate sobre las relaciones institucionales Gobierno-Partido, pero mi voz quedó absolutamente solitaria y aislada en este tema. Aun cuando personas como el maestro Carlos Gaviria, me otorgaron la razón en la justeza teórica del planteamiento, ese gesto no se convirtió en decisión o acción política alguna. El Maestro Gaviria, Presidente del partido en ese entonces, ratificó incluso mis denuncias al afirmar con cierto tono de amarga perplejidad, que el Alcalde Moreno Rojas, ni siquiera se dignaba pasarle al teléfono o contestar sus llamadas. Pasados los primeros meses de ejercicio del actual Alcalde de Bogotá, ya era claro que la administración había adquirido un estilo y una práctica marcadamente clientelistas y que algunas de sus políticas públicas se alejaban del Ideario del Polo… El 11 de mayo de 2009 dirigí carta al CEN para insistir sobre lo mismo (Segundo.- La evaluación objetiva de la gestión de la Alcaldía de Bogotá y la determinación de las rectificaciones a que haya lugar) (sic), mi máximo avance fue haber logrado que se introdujera el punto en el orden del día, cuando ya la prensa empezó a publicar la pésima valoración de la opinión pública sobre el gobierno de Samuel, pero el tema, que estuvo varias semanas en la agenda, nunca fue abordado, pues siempre había otros asuntos prioritarios en el orden del día. Cuando se conoció la decisión de privatizar la ETB, el CEN designó una comisión para plantear al ALCALDE, el rechazo casi unánime del Polo a la privatización. La Comisión se reunió con el Alcalde, quien nos pidió escuchar a la dirección administrativa de la ETB. Con mucha displicencia y desgano por parte de los funcionarios de la ETB, se organizó una presentación del estudio de la Banca de Inversión, pero allí los altos funcionarios de la ETB recibieron con proverbial grosería nuestros cuestionamientos, ocultaron lo sustancial de la información y el Alcalde, simplemente siguió adelante con la privatización. Después fue evidente que el Partido realmente no gobernaba en Bogotá, no sólo porque las relaciones institucionales no existían, el alcalde no las quería y el CEN no se las exigía, sino porque la mayor parte de la administración, sobre todo en los cargos de dirección, se entregó a representantes del partido de la U, del Conservatismo y del Samperismo. Volví a plantear esa realidad en el CEN y otra vez la respuesta fue el silencio de la mayoría, pero esta vez claramente alineada con Samuel Moreno. Los resultados están a la vista”.
Lo tercero es que el dirigente y precandidato presidencial del partido Gustavo Petro considera llegado el caso de solicitar por carta a la administración del Alcalde Samuel Moreno que cree una Comisión para que clarifique los rumores sobre transgresiones a la transparencia en la gestión de la ciudad y recomiende correctivos al respecto. En febrero de 2010, el Precandidato Presidencial del Partido invita al Alcalde del Partido a “encabezar personalmente un equipo de trabajo… para luchar decididamente contra la corrupción en la administración distrital… /sería/ un verdadero Consejo Distrital contra la corrupción… la ciudadanía bogotana percibe, y así me lo ha hecho saber en mis diversos recorridos por las localidades, un incremento inusitado del nivel de corrupción en las actuaciones del Distrito… el cáncer de la corrupción podría carcomer nuestros logros administrativos”. Más clara y responsablemente no podía expresarse un candidato aún a costa de ver alejarse la simpatía de la administración en el proceso electoral en curso. La
carta de Petro fue trasladada a un funcionario de tercera línea en la Secretaría de Gobierno y nunca tuvo respuesta.
Lo cuarto que en este punto merece resaltarse es que Carlos Gaviria, presidente del Partido, observa que realmente a la ciudad no la está gobernando el Alcalde del Polo con el Polo sino con otras fuerzas inclusive contrarias al Polo. Gaviria ha dicho claramente en varias oportunidades, una de ellas el 25 de octubre de 2010, días después de la entrega del Informe sobre Contratación en la ciudad, en Caracol 6 AM, entrevistado por Darío Arismendi: “Denuncias preocupantes… deben ser sometidas al debido proceso como corresponde en el Estado de Derecho… No se puede sancionar (expulsar) por hechos no comprobados por los jueces… Se han dado constantes demarcaciones entre Polo y Gobierno de Bogotá… Solo tres (3) veces he podido hablar con Samuel… He dicho que nos hemos quedado con el pecado y sin el género: Samuel no hace en Bogotá un gobierno del Polo”. Estos testimonios son indicativos de la debilidad institucional del partido que se expresa, entre otras manifestaciones, en que no tiene capacidad para orientar los gobiernos que se originan en su plataforma electoral y discursiva.
¿Control político desde los medios?
Está suficientemente probado que se agotaron todos los medios y recursos posibles para que el partido se ocupara desde el CEN de hacer seguimiento institucional al gobierno distrital. Cuando la Comisión sobre la Contratación en Bogotá se constituye, en julio de 2010, es porque los rumores y chismes ciudadanos y las versiones de prensa, informaciones y análisis de columnistas, ya resultaban abrumadores. Todo mundo sobre el tema, el único que no se pellizcaba era el Polo, eso era añadirle una vergüenza más a los señalamientos y denuncias que se hacían por todas partes. Siguiendo los hechos de manera inductiva se ve que no fue un problema de mala leche, indisciplina o imprudencia constituir la Comisión, realizar el Informe y acudir a los medios. Se trataba de romper un cerco que ni siquiera el Presidente del Partido había podido superar con sus intentos, “esfuerzos imposibles” (Caracol) los llama él.
En ese contexto de copa rebosada es en el que el Concejal capitalino Carlos Vicente de Roux, el Senador Luis Carlos Avellaneda y el Excandidato Presidencial del Partido Gustavo Petro, personas de reconocido valor civil, emprenden el ejercicio de control político y deciden hacerlo con los medios precisamente para que tuviera legitimidad y fuerza política correctiva ante eventual comprobación de irregularidades. No se podía volver privado un asunto que ya era público. El control de lo público es público. El control social que emprenden los ciudadanos, el control político que se hace desde los órganos políticos, aún el control que ejercen el ministerio público y los órganos judiciales no se desata porque se parta de hechos flagrantes sino que casi siempre prende con la chispa de tenues indicios, o sospechas, o simples rumores. Si no se pudiera proceder así no existiría periodismo investigativo ni veeduría ciudadana, ni podrían los ciudadanos y afiliados a un partido cumplir con derechos y deberes que están claramente establecidos.
Derecho de control y deber ético
Para el caso del Polo las disposiciones no pueden ser más claras, completas y terminantes: Estatuto Art. 8.5 (derechos: fiscalizar la gestión de su dirigencia y las actividades del Polo), Art.9.10 (deberes: todo miembro del partido que participe en la administración pública deberá dar ejemplo de rectitud, honradez, transparencia e idoneidad, en el marco de la Constitución Nacional, las leyes, y los estatutos y fines del partido), Art.10 (sanciones: … faltas contra la ética pública… código de ética aprobado por el Congreso del partido hace parte de los presentes estatutos), Arts. 36 a 39 (comisión de ética y garantías…), Art. 40 (Principios de ética: … la moralización de la administración pública, la lucha contra la corrupción, la transformación de las prácticas negativas arraigadas en nuestra sociedad…), Arts. 41 a 43 (de la actuación de los afiliados y afiliadas como gobernantes y en las corporaciones públicas: las personas afiliadas al partido, electas en cargos uninominales (alcaldías, gobernaciones y Presidencia de la República) tienen la obligación de actuar conforme a los mandatos éticos y programáticos del partido).
Estas disposiciones del Estatuto se detallan en el Código de Ética: Art.1. El presente instrumento tutela la aplicación de los principios de la ética política, ciudadana, social, administrativa y pública… Y por si algo faltara, en el Programa de Gobierno de la campaña presidencial de 2010, Gustavo Petro y Clara López señalan: “Estos objetivos centrales – Un Pueblo con Poder de Trabajar, Un Pueblo con Vida Digna, Un Estado para el Pueblo - se inspiran en una nueva ética de lo público, nueva ética política, nueva ética económica y de gobierno….”.
Alguien tiene que poner en práctica estos mandatos que no son adornos en el árbol de navidad. No se pueden reconocer derechos para luego estigmatizar su ejercicio. Debería ser perfectamente válido y aceptado que cuando los afiliados y afiliadas ejercen estas prerrogativas están favoreciendo y no perjudicando su partido. Esas herramientas existen precisamente como recursos institucionales, unos ordinarios, otros extraordinarios, para que los mismos asociados puedan velar por la buena salud y la integridad de organismos que son esenciales para la vida de la sociedad como son sus partidos políticos. Por eso el concepto que precede todo este texto es mejores partidos para una mejor sociedad. La recreación de la política es un imperativo vital de la sociedad colombiana.
Este ejercicio no se puede realizar sin comunicación. La comunicación es la que proporciona el apuntalamiento político y da la posibilidad de que la opinión pública sancione a quien se le compruebe que ha defraudado la confianza o atentado contra los bienes públicos. Naturalmente también opera a la inversa: es mediante la comunicación que se reivindica la persona que no obstante indicios serios que generaron una alerta razonable, termine aclarando suficientemente todas sus actuaciones. Todo ello aceptando que siempre es preciso agotar instancias, momentos, recursos y que cada tema o problema tiene sus canales propios y adecuados para ser tratado. El control social y el control político con apoyo en la comunicación también forma parte del Estado de derecho. El caso que nos ocupa, sin que esté exento de fallas y de limitaciones, en lo sustancial muestra un uso plenamente justificado de la comunicación. Si así no se hubiera hecho no se habría roto el círculo de inercia
que, voluntaria o involuntariamente, rodeaba el tema de Bogotá en las altas esferas del partido.
No confundir una cosa con otra
Al tiempo que estas acciones se han emprendido con sano criterio, no hay duda que también desde círculos de la derecha política extrema y desde el mismo Estado y desde sectores poco amigos del proyecto social que encarna el Polo Democrático, muchos de ellos con acceso fácil a los medios, o los mismos medios, se aprovechan de las circunstancias para descalificar a la izquierda y cobrarle políticamente sus supuestos o reales errores y, sobre todo, sus realizaciones. Pero no se puede confundir una cosa con otra, ni caer en la extravagancia de asimilar a los afiliados y afiliadas polistas que plantean rectificaciones, con serio fundamento y en ejercicio de claros derechos y deberes, con los agentes de la extrema derecha y con las empresas criminales que “promueven la división del Polo y quieren meterles en la cabeza a los colombianos que sus dirigentes eran de las Farc y que el Alcalde de Bogotá era corrupto” (CEN, 25 de octubre de 2010).
La línea deductiva o inclusiva no es un buen método: existe una acción desde la derecha contra el Polo, luego las críticas que surgen dentro del Polo son necesariamente parte del ataque de la derecha, la llamativa coincidencia de que se ha hablado en diferentes oportunidades por parte de diferentes personas. La línea inductiva que parte de los hechos de la vida del Polo y toma en cuenta los contextos que los generan tiene mayores posibilidades de acierto. Lo cual no impide que puedan establecerse o descubrirse conexiones entre hechos y dinámicas que tienen origen e intencionalidades diferentes. Este es un terreno en el que existe el riesgo de caer en el facilismo analítico con graves consecuencias para la vida partidaria porque se crean desconfianzas infinitas: si mi compañero-dirigente es un agente del enemigo tengo que denunciarlo, apartarlo, aburrirlo, alegrarme de que se vaya…
Sobre las acciones emprendidas sistémicamente por sectores de derecha, por el paramilitarismo y desde distintos rincones del Estado contra la izquierda democrática en el país en los últimos diez años, incluido el papel de los medios, es preciso elaborar con celeridad y oportunidad un libro blanco que tenga entre otras consecuencias la de arrojar luz sobre la absoluta transparencia del control político adelantado desde el propio partido hacia sus gobernantes, especialmente en el caso de la contratación en Bogotá.
Lo que está en juego no es poco
El gobierno de Bogotá en dos oportunidades consecutivas – 2004 a 2007 con Lucho Garzón PDI y 2008 a 2011 con Samuel Moreno PDA - es la principal experiencia política de la izquierda y sectores democráticos independientes en muchas décadas. Este ejercicio ha sido una vitrina a través de la cual el país ha podido ver lo que el Polo Democrático Alternativo le ofrece al país como opción de gobierno. El presente y futuro político del Polo está ligado al balance y la percepción que la opinión y los electores se formen finalmente de ocho años de administración polista en Bogotá. Es aquí donde caben los
interrogantes que ahora se hacen dentro y fuera del Polo: ¿Siendo el Alcalde del Polo fue realmente el Polo el que gobernó? ¿Lo que ocurrió en estas administraciones muestra fielmente en materia de políticas, gestión, gobernanza y gobernabilidad, desarrollo institucional y transparencia, lo que es el proyecto político del Polo? ¿Por qué el divorcio – las “demarcaciones” y “esfuerzos imposibles” de que habla Carlos Gaviria - entre administración y partido? ¿Aparte de intenciones tenía el partido capacidad instalada real para hacer seguimiento efectivo del gobierno de Bogotá? Estos son los interrogantes que a todos nos taladran al presente la imaginación y a partir de los cuales tratamos de pensar que el pasado hubiera podido ser distinto si esto y lo otro, la eterna historia de la leche derramada, pero ya no nos queda sino el futuro elusivo para intentar hacer realidad lo que imaginamos… por eso es tan importante aprender bien la lección de Bogotá. Lo que pasó no puede volver a pasar.
Diferencia principal y otras diferencias también importantes…
Otro terreno de diferencia entre mayoría y minoría en el Polo es la caracterización del gobierno Santos y, por ende, el carácter de la oposición. Uno más es la forma de conducir el partido y el alcance de sus relaciones y alianzas. Aunque el sector democrático que permanece en el Polo en condición de minoría conserva en el tema gobierno / oposición alguna proximidad con la corriente democrática que impulsa Gustavo Petro y con otras expresiones políticas, movimientos y franjas de opinión en el país, sin embargo, se distancia sustancialmente del excandidato presidencial precisamente en la validez de la organicidad partidista del Polo y su proyecto político de transformación democrática, asunto que Petro considera definitivamente agotado y por eso abandonó el partido formalmente el 1° de diciembre pasado.
El actual sector democrático pos Petro avanza cada día en hacerse a su propia lógica, su propia imagen y sus propios liderazgos. Este proceso sin duda continuará y solo con el tiempo se podrá apreciar si todos los que hoy se reconocen polistas, con adhesión inteligente al Ideario de Unidad, logran cristalizar un modus vivendi en una pluralidad amplia que se traduzca en un Polo pujante con iniciativa en el contexto político nacional. Lo que advierto con sorpresa, grata pero no ingenua sorpresa, es que a pesar de la inminencia de colapso el Polo pervive y sobrevive y al parecer se estarían abriendo posibilidades de entendimiento en medio de las diferencias palpitantes… Es más podríamos estar encontrando la forma manejar productivamente las diferencias cuando ellas no han llegado a su máxima expresión precisamente porque los hechos que las generaron aún están por culminar y encontrar un desenlace…
La diferencia que la minoría hoy mantiene tesoneramente con la mayoría dentro del Polo es por una causa justa. Rectificar como son las lecciones que nos han dado los gobiernos de izquierda en Brasil y Bolivia, recientemente, no desgasta sino que salvaguarda los partidos. Los partidos no colapsan por sus errores sino por la incapacidad de corregirlos. Por supuesto que si se comprueba que los gobernantes, administradores y personajes relacionados con la administración del alcalde Samuel Moreno en Bogotá son impolutos, por
acción de una justicia cabal, saltaría de gozo porque al demostrarse que el Polo no tiene mancha habrá quedado a salvo la esperanza de transformación democrática de Colombia. De momento, aparte del balance de las diferencias, es preciso hacer también el de las aproximaciones.
Aproximaciones reales… metodológicas y sustanciales
Aproximaciones metodológicas:
• Nos identificamos plenamente en el Ideario de Unidad como referente básico
• Nos reconocemos como constructores del Polo en tanto opción de gobierno-poder
• Aquí no hay nadie de la derecha, solo hay expresiones de izquierda y progresistas
• Es válido plantear críticas dentro del partido y adelantar control político
• Distinción necesaria: acción de la derecha… acción crítica sana en el propio Polo
• Manejo de medios (generales y de izquierda): inconveniente el manejo actual…
• Inseparables política y comunicación: necesidad de estrategia interna y externa
• Consenso sí, pero con limitaciones y condiciones… precisar lo justo, lo real, lo viable…
Aproximaciones sustanciales:
• Todos condenamos la corrupción y no incurrimos en ella
• Todos constatamos que en Bogotá el Alcalde del Polo no ha gobernado con el Polo
• Todos atendemos y apoyamos decisiones de Comisión de Ética y Organismos de Control
• Todos estamos por sanciones congruas si hay comprobación de irregularidades
• La Declaración Política de la Dirección Nacional constituye un avance sustancial: busca reafirmar la vitalidad polista y se pronuncia enfáticamente por la transparencia y contra la corrupción.
La decisión compartida por todos de realizar una Conferencia Ideológica y Programática antes del III Congreso partidario puede ser la oportunidad para darle nueva solidez, actualidad y proyección a los acuerdos fundantes del partido.
Subsisten múltiples puntos de vista, más allá de mayoría y minoría, sobre tendencias, sobre forma de establecer las coordinaciones locales del partido, sobre candidatos propios y alianzas electorales, pero no parecen ser diferencias insalvables.
Asumir los retos, vencer las dificultades, reafirmar la unidad, ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza… Ojalá. Eduardo Galeano.

jueves, 10 de febrero de 2011

Cuáles son las diferencias en el Polo

Muy difícil el trámite de las diferencias en la reunión de Dirección Nacional del PDA.

No hay duda que tanto la mayoría como la minoría hicieron esfuerzos de aproximación, pero no se compartió el propósito superior de mantener la unidad alrededor de la coherencia política. Hay que tomar muy en cuenta que la materia fundamental de las diferencias fue la actitud ante los hechos que rodean la Alcaldía de Samuel Moreno en Bogotá. Todos los días se develan nuevas circunstancias sobre el sórdido trasfondo de la contratación en la ciudad.

A pesar de la continuidad de los programas sociales y de las obras de infraestructura que avanzan y pronto comenzarán a ser entregadas, la favorabilidad de la opinión hacia el Alcalde sigue en descenso. La mayoría del Polo se mantiene firme en una explicación centrada en el desprestigio mediático de la izquierda emprendido desde la derecha, y de allí deriva su actitud de crítica vacilante y una línea de amplia solidaridad con la administración.

La minoría, en cambio, considera suficientes los hechos denunciados para tomar una actitud profundamente crítica, coherente con los postulados éticos del partido, y llama sin dubitación a la censura política de la administración. Para unos el Polo queda a salvo en la coyuntura si se dilata la aceptación política de las denuncias hasta cuando se pronuncien los órganos de control, para otros ello se obtiene si se acepta desde ya la gravedad política de las denuncias y se asume una actitud de rectificación sin esperar los fallos disciplinarios y judiciales. Estas fueron las dos posturas que no lograron conciliarse en el seno de la Dirección Nacional del partido.

La opinión está confundida cuando ya se está abriendo un nuevo proceso político electoral para renovar autoridades locales, entre ellas la Alcaldía de la Capital. La mayoría partidaria parece confiar en que los electores se van a fijar más en las realizaciones que en las irregularidades y que ello conducirá a un buen resultado en votos, inclusive a una tercera alcaldía del Polo en Bogotá.

La minoría plantea que el camino para recuperar la legitimidad es el de combinar la defensa de logros ciertos con una rectificación decidida de errores inocultables y la formulación de nuevos rumbos, aceptando que muy posiblemente, a pesar de ello, no se alcance a conservar para el Polo la Alcaldía más importante del país. La polémica es dura y la suerte del partido muy incierta. Los resultados electorales de octubre más inciertos aún. El esquema de gobernabilidad del Alcalde Samuel es también profundamente cuestionado, en particular su entendimiento y repartición de cargos y contratos con el Partido de la U antagonista político del Polo: se entregó el derecho del Polo a gobernar es la crítica.

Honda discrepancia existe igualmente en cuanto al manejo de opinión, mientras la mayoría considera que se trata de un asunto interno del partido que no debe ventilarse en los medios, la minoría considera que es un problema público que resulta ineludible tratar de manera abierta. La izquierda lo hace en sus periódicos. Al respecto no puede dejar de observarse que en la reunión polista se solicitó el retiro de la prensa al momento en que se iba a abordar el tema de Bogotá y que se condicionó un acuerdo con la minoría si ésta se comprometía a no retirarse y a no hacer pública su postura. ¿Por qué el temor de la mayoría a la visibilidad del debate? ¿Debe en este caso la minoría someterse sin más a la mayoría y quedarse callada? Las minorías tienen derechos.

martes, 8 de febrero de 2011

El Polo Democrático Alternativo en la encrucijada

La Encrucijada.

La vida política colombiana estuvo determinada durante más de 100 años por el bipartidismo liberal-conservador, sus diferencias, enfrentamientos, pactos, en un contexto casi invariable de abstención, violencia, corrupción y profunda desatención a las necesidades de las mayorías. Jorge Eliécer Gaitán veía al país político en oposición al país nacional, el ámbito de estas mayorías silenciosas y sin poder.

Los de abajo y la izquierda como actores políticos eran objeto de exclusión y estaban en la marginalidad política. Esa larga tradición se rompe en octubre de 2003 cuando Lucho Garzón gana a nombre del Polo Democrático Independiente PDI la Alcaldía de Bogotá. La ruptura parece consolidarse cuando Carlos Gaviria Díaz, a nombre del Polo Democrático Alternativo PDA, obtiene la segunda votación para presidente de la república en mayo de 2006 al momento de la reelección de Álvaro Uribe Vélez.

El Polo vuelve a ganar la Alcaldía de Bogotá por segunda vez en 2007, pero lo que se anunciaba como ascenso sostenido de la opción alternativa con amplia organización, simpatía creciente en la opinión votante y opción de gobierno, entra en un período de turbulencia ante la emergencia de acentuadas dificultades internas y externas y a raíz de la lectura que se hace de su gestión en la capital.

¿Por qué el ascenso? ¿Por qué el descenso? ¿Cuál el futuro?
Estos interrogantes se plantean dentro y fuera del Polo y la respuesta, como ocurre con el devenir de prácticamente todos los partidos, se construye en el doble escenario del debate público y partidario.

El Polo tendrá el 4 y 5 de febrero la reunión de su dirección nacional, una asamblea de 200 miembros, hombres y mujeres provenientes de todo el país, que abordará la encrucijada en que está el partido a raíz de los sucesos relacionados con la contratación por parte de la administración de Samuel Moreno en Bogotá y por los retos que se originan en los comicios territoriales previstos para octubre próximo.

El presente texto avanza una respuesta a los interrogantes que torturan al Polo y a la opinión que sigue la vida de este partido. Es una respuesta soportada en los análisis que distintos autores están haciendo de las fortalezas y debilidades de las izquierdas latinoamericanas, sus partidos y sus gobiernos. Lo que pasa aquí no es ajeno a lo que pasa en las casas vecinas.

Procuraré dar fuerza a la explicación de lo que ha pasado en los primeros cinco años de vida formal del Polo (diez años de proceso real) y esbozar pistas de supervivencia y desarrollo futuro del que considero un proyecto político plenamente válido para el país.
Hipótesis explicativa

El Polo ha sido un partido de institucionalidad débil desde su constitución formal en diciembre de 2005. Los partidos de institucionalidad débil no tienen capacidad, fuerza y destreza suficientes para realizar su proyecto político.
En esta condición radican las dificultades que ha experimentado el Polo a lo largo de sus 5 años de vida (8 o 10 con antecedentes) y de los problemas actuales, de inocultable gravedad, que experimenta el proyecto alternativo.

En lógica consecuencia el Polo tendrá nuevo auge si rectifica el rumbo y se decide por crear una institucionalidad partidaria fuerte como soporte de un proyecto político que, sin ninguna duda, es una opción para un país signado por desigualdades estructurales y con una sociedad que aún no es sujeto político de su propio destino.
La institucionalidad partidaria

Por institucionalidad partidaria se entienden los acuerdos constitutivos, las instancias de organización y dirección, las reglas de juego para tomar decisiones y dirimir aspiraciones, los hábitos o costumbres que se van formando a través de la práctica, la cultura o apropiación deliberada y deliberativa del proyecto político, el espíritu, el talante o ethos que la combinación de elementos produce en la vida de los afiliados y afiliadas y en la vida colectiva. La institucionalidad así conformada puede ser fuerte o débil.

Es fuerte la institucionalidad cuando los integrantes del partido y sus organismos tienen interiorizados como guía intelectual, ética y práctica esos elementos definitorios, es débil cuando ello no ocurre. La debilidad de la institucionalidad partidaria en el caso del PDA se manifiesta en hechos protuberantes (epifenómenos):
• el partido no gobierna sus agrupamientos internos,
• el partido no gobierna los liderazgos de fuerte personalidad,
• el partido no gobierna sus gobiernos,
• el partido no evade prácticas políticas predominantes por él mismo criticadas.

Los epifenómenos

Los cuatro epifenómenos- grupos, líderes, gobiernos y prácticas políticas - merecen cada uno una breve descripción, para indagar luego por los factores que los generan y finalmente decir una palabra sobre qué hacer para superar el actual estado de cosas en procura de una institucionalidad fuerte.

Los grupos. En el papel, el Polo es un partido de afiliados y afiliadas, pero subsisten y son determinantes los agrupamientos preexistentes, los de larga trayectoria que tuvieron y perdieron la personería jurídica por efecto de la reforma política de 2003 (Alianza Nacional Popular - ANAPO, Partido Comunista Colombiano - PCC, Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario - MOIR).

A pesar de que se exigió y pactó la unidad orgánica, quienes la propusieron son precisamente quienes no han procedido a disolverse. Ante esta realidad, puede afirmarse que la unidad orgánica no ha existido en ningún momento de la trayectoria del Polo, ni existe hoy en día.
Los líderes. Dentro del partido hay quienes tienen aspiraciones, ambiciones, prioridades diversas, que convocan y toman iniciativas políticas, personas que tienen algún acceso a los medios y actúan según sus propias percepciones, propósitos y cálculos políticos, sin someterse a las instancias del partido o sólo parcialmente, cuando les conviene. La iniciativa política de afiliados y líderes es un valor, pero se convierte en antivalor cuando no se ejerce dentro de las reglas de juego partidista.

Los gobiernos. Ocurre que quienes inician sus carreras políticas en el partido, se lanzan desde su plataforma legal y discursiva, emplean sus ventajas comparativas y logran ser elegidos a puestos de responsabilidad pública en los cuerpos colegiados o en el gobierno, en los diversos niveles territoriales. Pero una vez logrado su objetivo, se desentienden o se alejan del partido, construyen gobernabilidad con fuerzas extrañas o aún antagónicas y no buscan ni atienden las directrices del partido.
GOBIERNOS DEL PDA 2008 – 2011

En el período 2008 – 2011 el Polo Democrático Alternativo tiene la Alcaldía Mayor de Bogotá y 12 de las 20 Alcaldías Locales en la ciudad, la Gobernación de Nariño y 11 Municipios en este Departamento y otras 9 alcaldías municipales en 5 Departamentos diferentes.
En Bogotá las Alcaldías Locales en cabeza del Polo son: Bosa, Kennedy, Fontibón, Engativá, Los Mártires, Puente Aranda, Chapinero, Ciudad Bolívar, Santafé, Usme, Candelaria, Rafael Uribe Uribe.

En Nariño las Alcaldías Municipales en cabeza del Polo son: Consacá, El Charco, Gualmatán, La Tola, Linares, Magui (Payán), Mosquera, Ricaurte, Roberto Payán (San José), Samaniego, Santa Bárbara (Iscuandé),
Las otras 9 Alcaldías Municipales en diversos Departamentos en cabeza del Polo son: Palomar de Varela y Polo Nuevo en el Atlántico, Armero y Flandes en el Tolima, Fortul en Arauca, Uribe en Meta, San Calixto en Norte de Santander, Yumbo en Valle.
Fuente: archivo del PDA.

Las prácticas. Si un partido nuevo pretende generar esperanza y suscitar confianza, en un medio político tan degradado como el colombiano, tiene que empeñarse seriamente en transformar la práctica política. El Polo Democrático vertió la sabiduría de varias décadas de pensamiento político y de experiencia de la izquierda y de otros sectores democráticos independientes en las declaraciones de los dirigentes y en los documentos fundacionales.

Pero ocurre que la práctica partidaria no ha sido consecuente con esos postulados. A poco andar, incurrió en los vicios del ambiente político tradicional: reducido papel del pensamiento en la vida política, pragmatismo, clientelismo, caudillismo, narcisismo, centralismo, divorcio de sus bases y de sus votantes, incapacidad para conectar lucha social y ejercicio político alternativo, falta de iniciativa, inacción y silencio frente a los acontecimientos.

Origen y determinantes de la debilidad
¿Por qué el Polo es institucionalmente débil? ¿Cuáles son los hechos o factores políticos que están en la raíz de la débil institucionalidad partidaria?
El particularismo. No hay una institucionalidad común fuerte sencillamente porque existen múltiples institucionalidades particulares fuertes, que actúan con autonomía en las definiciones políticas y sólo hacen vida de partido para ciertos efectos prácticos de su conveniencia.

La devaluación del Ideario. Cuando no se gesta un pensamiento transformador fuerte, exigente, comprometedor, se impone el imperio del pragmatismo sin capacidad crítica y sin proyección. Si no existe nervio intelectual, tampoco existe nervio moral. Sin utopía viva no hay cambio, queda eliminada la tensión creativa y renovadora. Quien no actúa como piensa, termina pensando como actúa. El Ideario ya no es el cemento de la unidad. El Ideario no se está cumpliendo dentro del Polo y mucho menos fuera de él, el papel de un mínimo programático que congregue el máximo de fuerzas.

El Clientelismo. El Estatuto del Polo incluye entre los principios de ética "la transformación de las prácticas negativas arraigadas en nuestra sociedad" (Art. 40). Una es el clientelismo. El clientelismo parece apuntalar los partidos, pero los deforma y debilita porque de grandes corrientes de opinión y movilización ciudadana que están llamados a ser, los convierte en sórdidas cadenas de tráfico de intereses y conduce a la república señorial y patrimonial.

En lugar de un enfoque moral, se requiere una comprensión política del fenómeno del clientelismo. Al respecto, Francisco Leal Buitrago sostiene una tesis que cataloga al clientelismo "como el medio principal para que los dos partidos tradicionales, que surgieron en el siglo xix, continúen con el control del régimen político, o sea, de las pautas establecidas para ejercer el poder."[1] Vivimos en el sistema político del clientelismo afirma el profesor Leal Buitrago.

Habrá que estudiar juiciosamente cómo afecta el clientelismo al Polo Democrático. De momento resulta oportuna y pertinente la alerta que ha hecho la comisión constituida por el concejal Carlos Vicente de Roux, el senador Luis Carlos Avellaneda y el excandidato presidencial Gustavo Petro, sobre la contratación de los últimos años en Bogotá. Ojalá no se confirmen, al término de las investigaciones en curso, las muy probables irregularidades señaladas por ellos con base en la seriedad de los indicios. Importa que el partido continúe con el trámite institucional del informe de la Comisión y asuma el criterio elemental de hacer claridad, sancionar si hay razón para ello, prevenir hechos similares y rectificar.

El peso de los orígenes. La reforma política de 2003 obligó a varios partidos que perdían la personería jurídica a unirse con otros para poder alcanzar el umbral que les permitiera ser reconocidos legalmente. Este apremio legal y fáctico al parecer no alcanzó a corresponderse con un proceso simultáneo de construcción de afinidades ideológicas, programáticas y de praxis política en procura de la identidad partidaria.

Al respecto, como se ha referido, en el PDA se estaría comprobando la observación de los analistas: "Siguiendo la tradición teórica de expertos como Ángelo Panebianco y Herbert Kitschelt... se subraya la forma en que los momentos fundacionales o las ‘condiciones genéticas' marcan a los partidos con rasgos organizacionales notablemente duraderos, los que a su turno condicionan los modos en que se adaptan y responden a los shocks externos o a los cambios sociales"[2].

Qué hacer en el presente y hacia adelante
De la debilidad a la fortaleza institucional. Habida cuenta que en la génesis de la debilidad institucional del Polo están elementos como el particularismo, la devaluación del Ideario, el clientelismo y el peso de los orígenes, es preciso que el partido ataque esos factores y adquiera una efectiva capacidad de orientar grupos, líderes, gobiernos y prácticas políticas. ¿Cómo hacerlo? En la vía de construir una institucionalidad fuerte, el PDA quizá necesite recrear el acuerdo fundacional entre las tendencias orgánicas y de opinión, que hoy exigen reconocimiento y están dispuestas a asumir responsabilidad política.

Estrategias de supervivencia. Ante ciertas circunstancias especialmente difíciles, el partido puede echar mano de estrategias de supervivencia que implican sacrificios, pero que dejan a salvo el proyecto político.
Entre las estrategias de supervivencia están la defensa de los logros del partido en el gobierno, la rectificación de errores en que incurra el partido o algunos de sus integrantes y la proyección de cambios y nuevos objetivos de acción política. No detener la marcha es, sin duda, uno de los secretos de la supervivencia partidaria, mientras al mismo tiempo afianza aciertos y corrige errores. Construir el partido es un proceso de ensayo y error. La rectificación es propia de una izquierda responsable.
Aferrarse al Ideario. Converger en la validez del Ideario de Unidad y aferrarse a él con inteligencia y sentido práctico puede ser para el PDA un referente inestimable en medio de las dificultades actuales[3]. El quehacer del partido hacia adelante debería enfocarse sobre el objetivo y las acciones siguientes:
El objetivo del nuevo rumbo: fortalecer la institucionalidad partidaria de tal manera que el partido adquiera la capacidad de orientar y direccionar sus tendencias, sus liderazgos, sus elegidos para gobernar o para legislar, y sus prácticas referidas al ejercicio de la política y el poder público.
Las acciones del nuevo rumbo:

1. Reafirmar el Ideario de Unidad. (Jornadas Programáticas para nuevos desarrollos).
2. Reordenar la vida del partido como un espacio de unidad de acción política (coalición).
3. Definir una forma de dirección plural o colegiada del partido en todos los niveles.
4. Tomar por consenso las decisiones programáticas, de estrategia y responsabilidades principales.
5. Crear espacios ciudadanos amplios de base para la deliberación y acción política.
6. Adelantar una política amplia de alianzas hacia la conformación de nuevas mayorías.
7. Incentivar la cultura política a través de procesos informativos, formativos y comunicativos.
8. Delinear una plataforma política para un gobierno democrático de transición en Colombia.
9. Tomar iniciativa política y ejercer la oposición a partir de la plataforma política alternativa.
10. Fortalecer la capacidad de iniciativa de la sociedad civil y política para la paz democrática.
11. En Bogotá: defender logros, rectificar errores, proyectar cambios, no detener la marcha.
12. Realizar el III Congreso Nacional partidario para relanzar el proyecto político del PDA.
Este texto es condensación de PDA: el Alto Costo de la Debilidad.
La experiencia no es lo que nos pasa,
sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
Aldous Huxley.
* Analista político, cofundador y afiliado del Polo Democrático Alternativo


Notas de pie de página
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[1] Leal B, Francisco, El Sistema Político del Clientelismo, Bogotá, 2011. Archivo electrónico pro manuscrito.
[2] Kenneth Roberts en el Prefacio a la obra de Juan Abal Medina (Compilador), Los Senderos de la Nueva Izquierda, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2006.
[3] El Frente Amplio de Uruguay, que ha gobernado por 20 años a Montevideo, que ya está sobre el segundo gobierno del país, mantiene intacta su Declaración Constitutiva, de escasas cuatro páginas en letra grande, suscrita el 5 de febrero de 1971, hace 40 años.