jueves, 10 de febrero de 2011

Cuáles son las diferencias en el Polo

Muy difícil el trámite de las diferencias en la reunión de Dirección Nacional del PDA.

No hay duda que tanto la mayoría como la minoría hicieron esfuerzos de aproximación, pero no se compartió el propósito superior de mantener la unidad alrededor de la coherencia política. Hay que tomar muy en cuenta que la materia fundamental de las diferencias fue la actitud ante los hechos que rodean la Alcaldía de Samuel Moreno en Bogotá. Todos los días se develan nuevas circunstancias sobre el sórdido trasfondo de la contratación en la ciudad.

A pesar de la continuidad de los programas sociales y de las obras de infraestructura que avanzan y pronto comenzarán a ser entregadas, la favorabilidad de la opinión hacia el Alcalde sigue en descenso. La mayoría del Polo se mantiene firme en una explicación centrada en el desprestigio mediático de la izquierda emprendido desde la derecha, y de allí deriva su actitud de crítica vacilante y una línea de amplia solidaridad con la administración.

La minoría, en cambio, considera suficientes los hechos denunciados para tomar una actitud profundamente crítica, coherente con los postulados éticos del partido, y llama sin dubitación a la censura política de la administración. Para unos el Polo queda a salvo en la coyuntura si se dilata la aceptación política de las denuncias hasta cuando se pronuncien los órganos de control, para otros ello se obtiene si se acepta desde ya la gravedad política de las denuncias y se asume una actitud de rectificación sin esperar los fallos disciplinarios y judiciales. Estas fueron las dos posturas que no lograron conciliarse en el seno de la Dirección Nacional del partido.

La opinión está confundida cuando ya se está abriendo un nuevo proceso político electoral para renovar autoridades locales, entre ellas la Alcaldía de la Capital. La mayoría partidaria parece confiar en que los electores se van a fijar más en las realizaciones que en las irregularidades y que ello conducirá a un buen resultado en votos, inclusive a una tercera alcaldía del Polo en Bogotá.

La minoría plantea que el camino para recuperar la legitimidad es el de combinar la defensa de logros ciertos con una rectificación decidida de errores inocultables y la formulación de nuevos rumbos, aceptando que muy posiblemente, a pesar de ello, no se alcance a conservar para el Polo la Alcaldía más importante del país. La polémica es dura y la suerte del partido muy incierta. Los resultados electorales de octubre más inciertos aún. El esquema de gobernabilidad del Alcalde Samuel es también profundamente cuestionado, en particular su entendimiento y repartición de cargos y contratos con el Partido de la U antagonista político del Polo: se entregó el derecho del Polo a gobernar es la crítica.

Honda discrepancia existe igualmente en cuanto al manejo de opinión, mientras la mayoría considera que se trata de un asunto interno del partido que no debe ventilarse en los medios, la minoría considera que es un problema público que resulta ineludible tratar de manera abierta. La izquierda lo hace en sus periódicos. Al respecto no puede dejar de observarse que en la reunión polista se solicitó el retiro de la prensa al momento en que se iba a abordar el tema de Bogotá y que se condicionó un acuerdo con la minoría si ésta se comprometía a no retirarse y a no hacer pública su postura. ¿Por qué el temor de la mayoría a la visibilidad del debate? ¿Debe en este caso la minoría someterse sin más a la mayoría y quedarse callada? Las minorías tienen derechos.

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