lunes, 13 de diciembre de 2010

NUEVAS CONDICIONES PARA LA PAZ Y LOS DERECHOS HUMANOS

Luis I. Sandoval M.

Las circunstancias que rodean este 10 de diciembre de 2010, Día Universal de los Derechos Humanos, indican que hay nuevas condiciones para la paz de Colombia.

Enumero tales circunstancias a continuación sin mayor orden ni explicación a fin de promover una reflexión y un intercambio que pueda conducir al desarrollo de renovadas iniciativas por la paz desde la sociedad civil y política.

  1. Las Farc realizan otra liberación unilateral de rehenes con la clara intención de mostrar que tienen disposición de paz. Se reconoce por el gobierno un papel facilitador a la Senadora Piedad Córdoba en este proceso.
  2. En su posesión el Presidente Juan Manuel Santos declaró que la llave del diálogo para la paz está a la mano.
  3. Tanto las Farc como el Eln, en sendos videos de sus máximos dirigentes, han expresado que quieren hablar con el nuevo gobierno.
  4. El tema de la tierra se plantea con una fuerza y una voluntad de cambio como no ocurría hace mucho tiempo en el país.
  5. Diferentes manifestaciones muestran que en el país existe una enorme capacidad local y regional para la paz.
  6. La Comisión Nacional de Conciliación y otras iniciativas de diálogo continúan trabajando en la identificación de mínimos para la paz.
  7. Países amigos, organismos de la comunidad internacional y ongs presentes en el país reconocen y apuntalan todo lo que favorece el derecho a la vida y los derechos humanos.
  8. Mesa de Trabajo del Foro de Sao Paulo reunida hace poco en Bogotá reiteró la voluntad de partidos de izquierda del continente y gobiernos del sur de estar dispuestos a contribuir a la paz de Colombia.
  9. El gobierno de los Estados Unidos a través de su Embajada y de la Agencia para el Desarrollo USAID ha mostrado disposición de apoyar soluciones de fondo al problema de la tierra que está en el centro del conflicto colombiano.
  10. La justicia continúa mostrando capacidad creciente para combatir el delito, en particular el paramilitarismo y la parapolítica, y para contribuir a la paz incluso echando mano de los recursos de la justicia transicional.
En estas circunstancias - que quizá en ningún momento se habían dado juntas de la manera como ahora se presentan - pueden advertirse condiciones favorables para la paz: gestos y expresiones por el diálogo, atención a factores generadores del conflicto como la tierra, disposición de actores nacionales y de la comunidad internacional a facilitar el proceso, inclinación y potencialidad de la sociedad civil y política para tomar iniciativa y hacer una oferta de mínimos democráticos para cesar definitivamente el enfrentamiento armado.

El sentido general de estas condiciones favorables es que se puede avanzar en democracia para hacer posible la paz. Pero la paz posible, también se entiende, es la paz imperfecta. Con exigencias maximalistas sería imposible la paz. Por eso la sociedad civil y política tiende a levantar banderas viables de cambio democrático, reconoce el orden de república democrática defendido por el establecimiento y reconoce el reclamo de justicia social y dignidad nacional levantado por la rebelión.

El civilismo democrático transformador prefigura así una especie de mediación estructural que da una mano a las élites tradicionales y otra a los insurgentes a fin de atraer a unas y otros a un proyecto incluyente de nación. Otros, también en procura de superar el conflicto, han hablado de acuerdo sobre lo fundamental.

Un paso adelante es necesario: convocarnos a considerar las nuevas condiciones, a madurar la propuesta de paz desde la sociedad, a tomar iniciativa para que las partes vuelvan a dialogar.

No hay comentarios: